viernes, 17 de diciembre de 2010

Los Modales del Musulmán

LOS MODALES DEL MUSULMAN

El musulmán se distingue por su entrega a los demás y por sus buenos modales, lo que es producto de seguir el ejemplo del profeta, paz y bendiciones, y de cultivar virtudes tales como:

AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS:

El Profeta, paz y bendiciones, nos dejó dicho que para ser buenos creyentes necesitamos tres características:

1.- Amar a Dios sobre todas las cosas
2.- Amar y odiar por Dios solamente
3.- Temer el volverse incrédulo como temer ser arrojado al fuego.

Es indispensable para el creyente, también, amar a los Profetas (La paz sea con todos ellos) y todo lo que nos enseñaron, porque fue a ellos a quienes Dios escogió para darnos a conocer sus mandatos y la forma de adorarlo.

PONER TODOS NUESTROS ASUNTOS EN MANOS DE DIOS:

El creyente es consciente que todo el dominio está en manos de Allah y que no sucede algo sin que El lo quiera. Dios es Quien provee de alimentos y de todo cuanto necesitan a sus siervos y a toda la creación. El la creó y El la sostiene y custodia. Esto es sencillo para El; en la naturaleza tenemos ejemplos que ilustran lo anterior: Las aves salen de sus nidos en las mañanas con sus estómagos vacíos y regresan en las tardes alimentadas.

EL RECUERDO DE DIOS:

-Al Dirk- Es básico para ser un buen creyente el recordar siempre a Dios. El Corán dice: “Los Creyentes son aquellos que recuerdan a Allah parados, sentados o acostados”

EL IHSAN Y LA SUPLICA A DIOS.

El creyente sabe que Dios lo escucha y por ello le suplica para que lo perdone, lo guíe, le de el paraíso y todo lo bueno y cuanto necesita. También sabe que Dios siempre le vigila, a pesar que no le ve ni le oye, por ello tanto en público como en privado, se esmera en hacer el bien y se abstiene de hacer el mal.

LA PACIENCIA.

Otro atributo básico del musulmán es el no enfadarse. Una vez un compañero del Profeta, paz y bendiciones, le pidió un consejo y él le dijo: “No te enfades, no te enfades”. Dios, Alabado sea, exalta a los pacientes así:

“Por cierto que Allah está con los pacientes” y “Los creyentes son los que buscan la ayuda de Allah a través de la paciencia y la oración” 



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PROMOVEMOS LA PAZ DIFUNDIENDO EL ISLAM 
CENTRO ISLAMICO DE COLOMBIA
MEZQUITA ESTAMBUL DE BOGOTA
Calle 45 A No. 14-81 (Toda la esquina)

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La Moral en el Islam

LA MORAL EN EL ISLAM

Se entiende por moral, ese concepto que nos permite distinguir el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto. La moral es lo que nos permite formar y moldear nuestro comportamiento, nuestra forma de ser; la moral colorea nuestras vivencias y nos permite establecer las tradiciones y costumbres, que es lo que, otras cosas, facilita que nos diferenciemos e interrelacionemos con nuestras gentes y con los otros seres humanos.

Las tradiciones y costumbres de las naciones, pueden ser diversas, y de hecho lo son, por lo que no podemos pretender que pueblos con vivencias diferentes, tengan costumbres iguales. Lo que es universal es el fundamento moral, ya que este fue implantado y enseñado al hombre por el Creador del Universo, Altísimo sea. Si no hubiese sido así, el concepto del bien y del mal, no sería universal y cada pueblo se inventaría su propio catalogo de lo que es bueno y de lo que es malo, corrompiendo con ello la tierra y creando el caos en la relaciones de las gentes. Que es lo que pretende la incredulidad.

Dios, Alabado sea, no solo nos infundió en nuestros corazones la bondad y la malicia sino que también, a través de los Profetas, la paz sea con todos ellos, nos enseñó como establecer un modo de vida que armonizara con toda la creación y fuese garantía de convivencia entre todos los humanos y fuente de bienestar para toda la sociedad.

Dios, el Clemente y Misericordioso, en los libros Sagrados, y especialmente, en el Sagrado Corán, estableció y puntualizó reglas de conductas y nos dio ejemplo de piedad y de bondad, que de seguirlos el hombre obtendrá bienestar y felicidad, en esta vida y en la otra. Estas reglas de conducta y estos principios éticos constituyen todo un código moral, cuyas reglas básicas son: La fe en Dios y el amor a nuestros semejantes.

En cumplimiento de ese Código Moral, el musulmán, el piadoso, el temeroso de Dios, ciñe su vida a cuatro directrices básicas:

1.- Su fe es verdadera y sincera;

2.- La demuestra con sus actos de piedad y con el respeto profundo que tiene con los demás;

3.- Donde quiera que esté, se comporta de manera ejemplar. Siente como suyo el sufrimiento y la alegría de sus semejantes y, siempre, está presto para apoyarlos individual o colectivamente..

4.- Su fe individual es firme e imbatible en todas las circunstancias, pero se cuida muy bien de no coaccionar a los demás para que acepten el Islam ni hace burla de las creencias de los otros.

El Creador de los mundos, por intermedio de sus mensajeros, nos enseñó que no obstante que los principios y reglas morales constituyen una bendición para la humanidad y que el acatamiento de los mismos solo traerá bienestar a la humanidad, el hombre no los aceptará fácilmente, si no se ha implantado, primero, en sus corazones la convicción absoluta de que existe un Dios, Único, Creador y sostenedor de todo cuanto existe.

Los cánones morales del Islam, fueron enseñados por Dios, el Sapientísimo, a través de todos y cada uno de los Profetas, a todos y cada uno de los pueblos del mundo. Nos fue enseñado, que el más alto patrón moral, es el establecer como objetivo de la vida de cada uno de nosotros y de la sociedad entera, la búsqueda de la complacencia del Todopoderoso. Cuando un individuo, una familia o una comunidad tengan este patrón moral, lo esperará un futuro sin límites, un futuro esplendoroso en esta vida y un éxito mayor en la otra, donde el Creador le dará mucho más.

La moral Islámica no es patrimonio de un pueblo determinado, ni invención de un hombre, es como se dijo antes, una bendición del Eterno, por ello constituye un faro que alumbra el discurrir de la humanidad, y la invita a toda ella a enlutarse por la senda del bien. Esta moral está cimentada sobre valores como: la humildad, la modestia, la generosidad, el control de las pasiones y deseos, la veracidad, la integridad, la paciencia, la tolerancia, la constancia y el cumplimiento de las promesas, entre otros.

El Profeta Muhammad, la paz y bendiciones de Dios sean con él, resumiendo el comportamiento moral del musulmán, dijo:

“Mi Señor me dio nueve mandamientos: Permanecer temerosos de Dios, tanto en privado como en público; hablar con justicia, tanto si estás airado como si estas contento; ser moderado tanto en la pobreza como en la riqueza; volver a hacer amistad con aquellos que la hayan roto contigo; darle aquel que te rechaza; que el silencio este ocupado con el pensamiento; que la mirada sea una admonición y que dispongas lo que es correcto.”

Estos mandamientos o principios generan e inculcan en el hombre sentimientos de solidaridad, hermandad, misericordia, simpatía, paz, ecuanimidad y veracidad
escrupulosa. Lo anterior no solo respecto de nuestro prójimo, sino también con relación a toda la creación, ya que nos nutre de las más nobles cualidades, de las que únicamente se puede esperar bien y beneficios para las criaturas, nunca daño para estas.

Es inconcebible, que so pretexto de complacer a Dios, el hombre recurra a dañar a sus semejantes o los obligue a aceptar el camino recto; sí Dios, Alabado sea, hubiera dispuesto que todos siguiéramos la senda de la salvación, no nos hubiera otorgado el libre albedrío y Nos habría limado, como dice el Sagrado Corán, las yemas de los dedos para que todos fuésemos idénticos o nos habría hecho como los Angeles, incapaces de desobedecer a Dios. 



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PROMOVEMOS LA PAZ DIFUNDIENDO EL ISLAM 
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domingo, 17 de octubre de 2010

Temas Islámicos

TEMAS ISLAMICOS
I
SERIE: DAWA PARA LAS AMERICAS

As Salam Alaikum wa Rahmatulahi wa Barakatuhu

En el Nombre de Allah, el más clemente, el más misericordioso.

NO HAY MAS DIOS SALVO ALLAH Y MUHAMMAD ES SU SIERVO, SU ULTIMO PROFETA Y SU ULTIMO MENSAJERO

Los musulmanes Colombianos presentamos a los musulmanes y a los no musulmanes esta serie de folletos con documentos que hemos intitulado Dawa para los Americanos.

Les invitamos a utilizar todos los recursos de la red y hacer circular estos folletos para así cumplir con nuestro deber de dar a conocer el Islam en estas tierras.

CENTRO ISLAMICO DE COLOMBIA
MEZQUITA ESTAMBUL DE BOGOTA COLOMBIA


"Promoviendo la paz a través del conocimiento autentico del Islam”

“En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso”

Hermanos, la presente es un recopilación de algunos temas islámicos. Esperamos les sea de utilidad.

Que Dios, Altísimo sea, nos guíe por el camino recto y ayude a difundir el Islam entre nuestras gentes.

“No hay más divinidad que Dios y Muhammad es su Profeta”



ADORAR, OBEDECER Y SUPLICAR UNICAMENTE A DIOS

Dios, es uno, eterno, no tiene asociados, ni copartícipes en la creación ni en su poder. Nada se le asemeja. El es el Único, el Poderoso, el Supremo, el más clemente. Nada hay digno de alabanzas, sino El. No se concibe que se pueda adorar a otro diferente de Dios. Solo se adora al Creador, no a las criaturas, por más ilustres que estas sea.

El objeto de la existencia humana es ser gratos a Dios, y el medio para conseguirlo es la obediencia a El, por lo que se nos impone el vivir como Dios nos manda o sea seguir la revelación y cumplir sus mandamientos. Así mismo, es deber de todo creyente seguir el ejemplo del profeta Muhammad, ya que éste fue quien instruyó y formó a través de su ejemplo y sus dichos a la primera generación de musulmanes y estos a las siguientes .

Dios alabado sea, no solo hizo la creación, sino que también es el Único custodio de la misma.

No se mueve un grano de arena sin que El lo permita, por ello ante cualquier situación el hombre debe pedir ayuda y buscar refugio solo en Dios. Pretender buscar ayuda en una criatura o en cualquier objeto es absurdo, por ello es prohibido todo tipo de talismanes u objetos para la buena suerte o las suplicas a otros diferentes a Dios. 



DIOS ES LA LUZ DE LOS CIELOS Y LA TIERRA

¡Glorificado sea aquel que ha iluminado las tinieblas con su luz, con la que también ha alumbrado la tierra! ¡Alabado sea aquel con cuya luz se han abierto todas las cerraduras ¡

No existe nada ni nadie, en los cielos ni sobre la tierra, que no deba su existencia a Dios, a su luz. Todo lo que existe obtiene su existencia de la luz de Dios.

Muhammad, la paz de Dios sea con él, cuando fue expulsado por la fuerza de la ciudad de Taif, suplicó al Todopoderoso así: “Allah, me refugio en la luz de Tu rostro, que ha llenado de luz las tinieblas, y por la que se considera correcto todo asunto en este mundo y en el otro, contra el descenso de tu cólera sobre mi o contra el incurrir en tu ira.

La frase “Dios es la luz de los cielos y de la tierra” es parte de un versículo (aya) del capitulo (sura) La Luz del Sagrado Corán, en esta Dios, Altísimo sea, nos proporciona ejemplos para que reflexionemos sobre nuestra actitud hacia El. Da ejemplos para aquellos que se conducen con la guía de Dios y buscan iluminarse con su Luz, tanto en los momentos gozosos como en las penalidades, en sus sentimientos y en sus emociones, en sus decisiones y en lo que expresan con sus lenguas; en fin en todos los campos de su vida, en todo instante.

El Profeta, la paz sea con él, en un hadiz autentico, dijo, informado de su señor, que Este afirma “No me puede abarcar ni mi tierra ni mi cielo, pero si le es posible al corazón de mi siervo creyente el contenerme”. El corazón de un creyente, cuando éste es sincero y cumple los mandatos de su creador, es habitado por la luz de los cielos y la tierra.

La luz de Dios no consiste en una palabra que se pronuncia, o en un estandarte que se alza o agita. La luz de Dios es ese impulso que mueve la vida del ser humano, es la que le guía en la oscuridad del camino; es esa fuerza que lo toma de la mano y lo conduce a la misericordia de Dios y al paraíso. 




LA ORACION PILAR DE LA RELIGION

Una de las verdades que primero aprende en musulmán es: “La Oración es uno de los cinco pilares del Islam”. Algunos ignoran lo que esto significa; ignoran la razón por la Cual la Oración se erigió como uno de los cinco pilares, sobre los cuales descansa el edificio del Islam y no comprenden que la inobservancia de esta trae como consecuencia inevitable, el derrumbamiento de la fe, del modo de vida islámico y el fracaso y la perdición del ser humano.

La Oración no fue inventada por el hombre, ni constituye carga para él, ni es tributo o beneficio que este haga a Dios; de todos es sabido que si la humanidad entera dejase sus discrepancias y se reuniera para hacer la Oración, tal beneficio no alcanzaría a Dios, ya que El está por encima de todo y los actos del hombre ni le perjudican ni le benefician. La Oración es una bendición instaurada por Dios para beneficio del hombre; es éste último el que se beneficia con ella: La práctica regular de la Oración conlleva prosperidad y salva.

Dios, Alabado sea, nos dice en la Sura 23, aleya 1 y 2: “Por cierto, que prosperaran los creyentes que son sumisos en sus oraciones.”

Y el Profeta, la paz y las bendiciones de Dios sean con él, dijo: “Lo primero por lo que le hombre deberá rendir cuentas el día de la resurrección, será por la Oración. Si es valida, toda su obra lo es; si es defectuosa, toda su obra lo es.”

A quienes realizan correctamente sus oraciones, Dios les ilumina el corazón, les instruye el alma y les enseña la sumisión a él. La oración enraíza en el corazón la majestuosidad y grandeza de Dios.

Quien practica la Oración como se le mandó, Dios mismo le lleva por el camino recto. La Oración correcta es remedio eficaz para los males del corazón y de la corrupción del alma; es también luz que disipa las tinieblas del pecado y de la culpa.

Dios, Altísimo sea, nos ha dicho en el Sagrado Corán –Sura 29, aleya 45 “Ciertamente, la Oración preserva de la obscenidad y de lo ilícito y el recuerdo de Allah es mayor aún. Porque Allah Sabe lo que hacéis.”






EL HÁBITO DEL MUSULMAN

EL HABITO DEL MUSULMAN, ANTES QUE SU VESTIDO, LO ES SU COMPORTAMIENTO Y SU DESEO CONSTANTE DE AGRADAR A DIOS.

SI LE ESTUVIERA PERMITIDO OSTENTAR, OSTENTARIA COMO SU PRENDA MAS MERITORIA, SU SUMISIÓN A DIOS

SI LE ESTUVIERA PERMITIDO OSTENTAR, OBSTENTARIA COMO SU PRENDA MÁS VALIOSA, SU GENEROSIDAD, SU HUMILDAD, SU TOLERANCIA

lunes, 4 de octubre de 2010

Relatos Sobre el Profeta

RELATOS SOBRE EL PROFETA


HISTORIAS Y DICHOS DEL MENSAJERO
DE DIOS

Recopiladas y adaptadas
Por ibn Said Alkhouri



TEMAS ISLAMICOS

III

SERIE: DAWA PARA LAS AMERICAS

As Salam Alaikum wa Rahmatulahi
wa Barakatuhu

En el Nombre de Allah, el más clemente, el más misericordioso.

NO HAY MAS DIOS SALVO ALLAH Y MUHAMMAD ES SU SIERVO, SU ULTIMO PROFETA Y SU ULTIMO MENSAJERO

Los musulmanes Colombianos presentamos a los musulmanes y a los no musulmanes esta serie de folletos con documentos que hemos titulado Dawa para las Américas.

Les invitamos a utilizar todos los recursos de la red y hacer circular estos folletos para así cumplir con nuestro deber de dar a conocer el Islam en estas tierras.

CENTRO ISLAMICO DE SANTAFE DE BOGOTA D.C.
"Promoviendo la paz a traves del conocimiento autentico del Islam”



NOTAS DEL RECOPILADOR

La presente es una recopilación y adaptación de algunas historias y dichos de Muhammad, la paz y bendiciones de Dios sean con él. El objetivo buscado, si Dios nos lo permite, es dar a conocer a las gentes de habla hispana la vida y obra del último de los Profetas de Dios y sello de la profecía.
Muhammad, paz y bendiciones sean con él, ostentaba todas virtudes con las cuales se puede adornar un ser humano. Su modo de comportarse y sus enseñanzas son un ejemplo vivo a seguir. Siempre actuó buscando la complacencia de Dios y fue un fiel cumplidor de los mandatos divinos, tal como lo podremos apreciar en los diversos relatos que conforman esta obra. 
Quiera Dios que esta recopilación llegue a las gentes y por intermedio de la misma se conozca la vida y obra del último de los Profetas de Dios. Que Dios, Altísimo sea, nos conceda sus recompensas por este pequeño esfuerzo en la causa de Dios. Y guié a quienes tiene la oportunidad de leerlo por el camino de la salvación. 
Mis sinceros agradecimientos al hermano Abdel-Lah Hossein, de quien he tomado algunos de sus relatos expuestos en la red. Que Allah, lo recompense con lo mejor. 
ádedicado a la Comunidad Islámica de Colombia. En especial a mi querida esposa, quien ha tenido la paciencia suficiente para apoyarme y animarme a continuar en esta labor. Allah, la guíe siempre por el sendero recto y le conceda el éxito en esta vida y en la otra.

 

En el Nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso

EL ANUNCIO DE SU VENIDA Y SU MISION

La venida del Profeta del Islam, como Sello de la Profecía y portador del Sagrado Corán, Mensaje definitivo a la humanidad, era conocido por los creyentes de los tiempos anteriores, ya que fue anunciada por otros Profetas y Mensajeros que vinieron antes que él. Para corroborar esto, me permito dar algunos ejemplos.

En la Biblia, en el antiguo testamento, no obstante los cambios que el hombre le ha hecho, se puede leer:

“Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta como tu, pondré en su boca mis palabras y él les comunicará todo cuanto yo mande” Deuteronomio 18:18

Estos versículos hablan de un profeta que sería suscitado de entre los hermanos de los hijos de Israel, ¿y quienes son esos hermanos de los hijos de Isaac, sino los hijos de Ismael, los árabes?

Además, Dios le dice a Moisés que tal profeta “será como tú” –como Moisés-, lo que solo puede interpretarse en el sentido de una similar jerarquía, en cuanto Profeta, conductor del pueblo y promulgador de una ley. Ninguno de los profetas de Israel, posteriores a Moisés, cumplió estos requisitos y además todos fueron descendientes de Isaac, o sea no podían ser tenidos como hermanos de los israelitas.

En cuanto a Jesús, el hijo de María, con ellos sea la paz de Dios, era de la casa de Israel por parte de su madre y no tuvo por misión cambiar la ley de Moisés, al respecto él mismo dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir (Mateo, 5:17).

En cuanto a Muhammad, Profeta del Islam, éste cumplió estrictamente con los requisitos de esta profecía. Sus similitudes con Moisés, son asombrosas: Ambos tuvieron madre y padre y una muerte natural. Ambos edificaron una religión y un modo de vida, dejaron una escritura completa, gobernaron a sus pueblos, se casaron, formaron familias, emigraron con sus seguidores en busca de una tierra segura y conocieron en vida el triunfo de su causa. El versículo en mención dice, además, que tal profeta hablará “en mi nombre” – en el nombre de Dios-. Todos los capítulos del Sagrado Corán empiezan: En el nombre de Dios, El Clemente, El Misericordioso” y el Profeta siempre invocó a Dios cuando hablaba o iba a iniciar un asunto.

En el evangelio de Juan, capítulo 14, Jesús anuncia “Y yo rogaré al Padre y os dará un Paráclito para que este con vosotros para siempre, el espíritu de verdad, al que el mundo no puede recibir por que no le ve, ni le conoce… más el Paráclito os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo he dicho…Pero cuando venga el Paráclito, a quien yo os enviaré del padre, el espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí… Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya, porque si no me fuese, el Paráclito no vendría a vosotros… Y cuando él venga, dará al mundo evidencias convincentes respeto al pecado, a la justicia y al juicio” (Juan 14: 16, 26; 15:26; 16: 7)

¿Quien es este Paráclito que el hijo de María, la paz sea con él, anuncia en los momentos finales de su misión? ¿Quien vino después suyo a establecer la justicia y a hablar la verdad sobre Jesús, sino Muhammad, el veraz, el muy alabado (Ahmad que en griego se dice Periclito), quien trajo una evidencia clara – El Corán- sobre el pecado, la justicia y el juicio.

Para las mentes abiertas, no hay duda que Jesús anunciaba a otro Profeta y nunca a un tercer Dios. Y ese otro Profeta que vino después de Jesús es, sin duda alguna, Muhammad, la paz de Dios sea con él.



Modelo y ejemplo para la humanidad

Dios, Alabado sea, nos dice en el Sagrado Corán:

“Os ha llegado un Enviado salido de entre vosotros. Le es penoso que sufráis, anhela vuestro bien; y es compasivo y clemente para con los creyentes.” -9:128

“El fue quien envió a Su mensajero con la guía y la verdadera religión, para hacerla prevalecer sobre todas las religiones, y Dios es suficiente testigo de ello.

“Muhammad es el mensajero de Dios, y quienes están con él son severos para con los incrédulos, pero compasivos entre sí. Les verás orando prosternados, anhelando la gracia de Dios y Su complacencia. En sus rostros están marcadas las huellas de la prosternación. Tal es su ejemplo en la Torá y su ejemplo en el evangelio; como simiente que retoña, se robustece, se desarrolla y se afirma en sus tallos; complace a los sembradores para irritar a los incrédulos. Dios prometió a los creyentes que practican el bien, indulgencia y una magnifica recompensa.”S. 48, aleyas 28 y 29.

“De la misma forma que hemos revelado a los Enviados anteriores, te hemos revelado a ti. Antes de la revelación no sabías que era el Qur’an, ni la fe. Hemos hecho el Qur’an, luz que guía a la gente, y tú a través de Qur’an llevas a la gente al camino recto.

“El camino de Dios, Quien posee lo que hay en los cielos y en la tierra. A El vuelven todas las cosas. S-42:52,53.

“El Profeta Muhammad es quien tiene más deber de socorrer a los creyentes. El tiene clemencia para con ellos más que ellos mismos con sus propias personas. Por eso tienen que amarle y obedecerle. S. 33:6

“Tenéis en el mensajero de Dios un gran ejemplo, para los que anhelan la misericordia de Dios, la dicha del último Día, y para los que recuerdan mucho a Dios en toda situación: dureza, prosperidad etc.” S.33:21




El sello de la Profecía

Se cuenta que Salman, el persa, en busca de sabiduría y de la guía correcta, viajó por varios lugares del mundo. Tuvo contacto con gentes piadosas, entre ellos muchos cristianos. Uno de estos hombres le había dicho que estaba a la espera de un nuevo Profeta, que aparecería en Arabia y emigraría de su ciudad a otra de abundantes palmeras, flaqueada por dos grandes extensiones de lava negra ya solidificada. Y le indicó que a ese Profeta se le podría distinguir por tres signos. El primero, él no comerá de lo que se de por limosna. El segundo, comerá de lo que se entregue por regalo y el tercero, entre sus dos omoplatos llevará el sello de la profecía.

Salman viaja a la península arábiga. Los caravaneros lo hacen prisionero y lo venden como esclavo a un judío de Iazrib - futura Medina- y fue llevado a esta ciudad. Cuando Salma llegó a la ciudad, se sorprendió al ver que era como la que le había descrito el cristiano que le habló del Profeta que estaba por venir. Llena de palmeras y entre dos grandes extensiones de lava solidificada.

En Iazrib oyó hablar de un hombre en Meca que se había declarado Profeta. Cuando supo de la llegada de Muhammad a la ciudad, se dirigió hasta él, llevaba consigo un puñado de dátiles. Se los entregó al Profeta y le dijo:

“Toma estos dátiles para ti y tus compañeros como limosna, pues veo que sois forasteros en este lugar.”

Muhammad repartió los dátiles entre los que le acompañaban y no comió de ellos. Salman observó atentamente lo que hacía el Profeta.

Al día siguiente Salman volvió ante el Profeta con más dátiles y se los entregó. Esta vez le dijo:

“Aceptad estos dátiles como regalo para vosotros”

El Profeta tomó los dátiles y los repartió entre sus compañeros y se quedó con unos cuantos, de los cuales comió. Salman estuvo atento a todos sus movimientos.

Días después, por los lados del cementerio de Baqi-al-garqa, a donde habían ido acompañando a un musulmán que había muerto, Salman se acercó a Muhammad para observarlo y ver si tenía la tercera señal. Rondaba al Profeta con tanta insistencia, que este se dio cuenta de sus intenciones y le dijo:

¿Acaso buscas el sello de la profecía?

Salman apenado, respondió que sí.

El Profeta, sobre él la paz, se desnudo el torso y Salman pudo ver el sello de la profecía entre sus dos omóplatos y comenzó a besarlo, a abrazarlo llorando. Entonces le contó su historia. El Profeta se volvió a sus compañeros y les dijo:

¡Oíd lo que relata Salman!

Todos los compañeros escucharon su historia y lo felicitaron por haber encontrado lo que buscaba. Desde ese momento Salman fue uno de los compañeros más cercanos al Profeta.




EL SUCESO DE TAIF

Desde el momento mismo en que el Ángel Gabriel le reveló por mandato de Dios, Altísimo sea, al Profeta (pbD) la primera aya, en la que se le ordenaba leer y recitar el Corán, él permaneció en Mekka dando a conocer el mensaje divino, poniendo todo su empeño y todas sus energías en invitar a las gentes al Islam. En esos años, solo unos pocos lo siguieron, la mayoría de los mequinenses lo atacaron duramente y sin tregua. El Profeta y los que le seguían, fueron objetos de burlas y amenazas. Algunos murieron y otros emigraron para salvar sus vidas.

Al año siguiente a la muerte de Abu Taleb, tío del Profeta y quien prestó valiosa ayuda a los musulmanes, los Quraichitas vieron el camino libre para atacar a quienes se negaban a adorar a sus ídolos y llamaban a adorar a un Dios Único.
Por ello recrudecieron las hostilidades en contra de Muhammad y los que le seguían; ante tal situación el Profeta partió hacía Taif, la segunda ciudad más grande de Hiyaz y dominio del clan de Banu Thaquif, para invitar a sus lideres y a sus gentes a someterse únicamente a Allah – Dios-. Al llegar a la ciudad visitó a los tres jefes principales, a cada uno por separado, y les dio a conocer el mensaje que Dios le había ordenado difundir entre los hombres.

Cuando Muhammad les dijo que Allah era El Creador, el Dios Único y que solo El – Allah- merecía ser adorado, los líderes se enfurecieron y se negaron seguirlo escuchando, rompiendo así la regla de oro de los árabes en cuestión de hospitalidad, le trataron de manera descortés y grosera. En vez de aceptar el mensaje prefirieron seguir adorando las piedras y estatuas de su ciudad. Uno de ellos, mofándose, le gritó:

¡Hey, Allah te ha hecho Profeta!

El otro, le dijo despectivamente:

¡Allah no pudo encontrar a otro sino a ti para hacerte Profeta ¡

El tercero le dijo:

“Yo no quiero hablar contigo, porque si realmente eres un profeta, oponerme a ti es causar problemas, y si tu sólo pretendes ser un profeta ¿Porque tendría que hablar con un impostor?

Los tres coincidieron en hacerle saber al Profeta que su permanencia en la ciudad no era del agrado de ellos y que deseaban la abandonase prontamente.

A Muhammad, una roca en firmeza y perseverancia, no lo desanimó el trato recibido y buscó a las gentes sencillas para invitarlas al Islam, pero estas tampoco lo escucharon. Nadie le quería oír, estaban engañados y además amenazados por sus jefes y solo repetían lo que estos le habían mandado a decir:

“Que no lo querían en la ciudad, que se fuese”

El Profeta comprendió que cualquier esfuerzo sería en vano y se dispuso abandonar la ciudad. Los idolatras le siguieron y le silbaban, le gritaban obscenidades, se burlaban de él y le apedrearon. Su cuerpo, maltrecho por los golpes recibidos, se baño en sangre, al igual que sus ropas y zapatos. Sólo un esclavo creyente en Jesús, el hijo de María, le tuvo compasión y le regaló un racimo de uvas.

En tan desastrosa condición salió de la ciudad y lejos ya del alcance de sus agresores suplicó al Creador en los siguientes términos.

“! Pido refugio en tu luz, la cual ilumina los cielos y dispersa toda clase de oscuridad y la cual controla todos los asuntos de este mundo y del otro. Ojalá no llegue a ocasionar tu ira hacía mí, o que estés disgustado conmigo. Tengo que eliminar la causa de tu disgusto hasta que estés complacido. No hay fuerza ni poder sino en ti.¡

Al terminar su plegaria el Ángel Gabriel se apareció ante el Profeta, lo saludo con el saludo del Islam- Assalamu Alaikon – y le dijo:

“Allah sabe todo lo que ha pasado entre esa gente y tu. El ha delegado al ángel encargado de las montañas para acatar cualquier orden tuya”, acto seguido el ángel en cuestión se presentó al Profeta y le dijo:

“OH Profeta de Dios, estoy a tu servicio, si tu deseas, puedo causar que las montañas más elevadas de Taif choquen entre sí para que las gentes de ese pueblo queden trituradas ó puedes sugerirme cualquier otro castigo para ellos.”

El noble profeta le contestó:

“Aun si la gente no acepta el Islam, tengo esperanzas en Dios que habrá entre sus descendientes quienes adoren a Allah y sirvan a su causa”.


¿Quien de ellos debe ser el primero?

Llegó un día un hombre ante el profeta, se le veía muy preocupado, lo saludó con el saludo del Islam y se sentó a su lado, acto seguido dijo:

-Dime, OH Profeta, tengo muchos parientes y muchos amigos a los que amo y a los que deseo cuidar y ayudar. Pero a menudo me resulta difícil decidir quien de ellos tiene mayor derecho sobre mí. ¿Quien de ellos debe ser el primero?

El Profeta Muhammad ( PBD) le respondió:

-Tu madre debe ser la primera, antes que ningún otro.

El hombre sonrió complacido, pero como tenía otros muchos parientes y amigos en quienes pensar, preguntó:

Y después de mi madre ¿Quien tiene mayor derecho sobre mí?

El Profeta, volvió a responderle:

“ !Tu madre¡”

El hombre frunció el seño y se dijo, habré escuchado bien, porque se está repitiendo Muhammad, o será que no he preguntado bien, así que repitió nuevamente su pregunta, dijo:

Lo que quiero saber es, después de mi madre, ¿Quién tiene el mayor derecho sobre mí?

Otra vez, Muhammad pronunció las mismas palabras:

Tu madre, tu madre, tu madre.

El Profeta lo había repetido tres veces.

El hombre comprendió entonces que el Profeta le estaba resaltando lo importante que eran los deberes de un hijo hacía su madre. Pero aún así, pensó ¿que hay de todos los demás a los que quiero y deseo cuidar? Y volvió a preguntar:

Y después de cumplir con mis deberes hacía mi madre ¿Quien viene después de ella? ¿Existe alguien aparte de ella?

El Profeta le respondió:

Después de tu madre, tu padre.

Y después. Preguntó el hombre.

Tus parientes cercanos. Le dijo el Profeta.

El hombre se despidió lleno de alegría y se repetía así mismo: Debo cuidar a mi madre antes que a nadie y después a mi padre y luego a mis hijos, abuelos, hermanos y hermanas y a los demás parientes.




EL PROFETA Y EL BEDUINO

Muhammad, la paz y bendiciones de Dios, sean con él, disfrutaba de la compañía de los niños. Se sentaba a hablar con grupos de ellos. Les contaba historias, les hacía bromas, les daba palmaditas en la cabeza y les besaba.

Los niños vivían encantados con el amor que recibían del profeta y buscaban su compañía. Los más pequeños anhelaban estar a su lado: El los alzaba y cuando llegaba la temporada de dátiles, les daba los primeros frutos a ellos.

Uno de esos días, pasó un beduino y se sorprendió al ver al Profeta rodeado de niños felices y sonrientes, no podía creer lo que sus ojos veían. El enviado de Dios con niños que ni siquiera eran sus hijos, dejándose tocar por estos y lo que es peor aún, pensaba, besándolos.

El beduino se acercó al Profeta y le dijo:

“Yo tengo diez hijos, pero nunca he besado a ninguno de ellos y como es que besas a los que no son nada tuyo.”

El Profeta se entristeció por lo que acababa de escuchar. Tal era la dureza del corazón de ese hombre, que no era capaz de mostrarles cariño a sus hijos. El beduino no sabía que amar y cuidar a los seres queridos y, en especial, a los niños era una bendición de Dios. El Profeta quería ayudar a este hombre pero sabía que existía un gran obstáculo en el camino.

“Como puedo ayudarte yo – le dijo el Profeta- si Dios ha quitado de tu corazón todo el amor y la amabilidad” y le aconsejó que fuera amable y no le diera miedo de mostrar su amor por sus hijos y por los demás y que suplicara a Dios sanara su corazón.




EL MERCENARIO QUE QUERIA MATAR AL PROFETA

Los Quraish, en su intento por matar al Profeta (PBD), contrataron de entre los de Mekka a un mercenario. Este se equipo para no fallar, untó su espada con un veneno mortífero. Pensaba matarlo de un solo golpe, si la herida no lo hacia, el efecto del veneno lo haría.

La noticia voló con el viento. Cuando el mercenario se acercaba a Medina, en las afueras de la ciudad, fue detenido por musulmanes; lo apresaron, lo amarraron y esperaron a la llegada del profeta (paz y bendiciones).

Muhammad (PBD) fue informado de lo ocurrido y se traslado hasta donde estaba el mercenario. Lo tenían en pleno sol y amarrado.

El profeta preguntó a sus compañeros:

¿Le habéis dado de comer?
¿Le habéis dado de beber?
¿Porque lo habéis puesto en el sol?
¿Porque lo habéis amarrado?

Luego les informó a estos que ese hombre, aun cuando estaba detenido, tenía sus derechos. Ordenó lo soltasen y le dieran de comer y de beber y después de ello le informaran para hablar con él.

Al rato el profeta volvió ante el detenido y empezó a hablar con él y a preguntarle porque quería matarle. El mercenario le explicó que lo habían contratado para asesinarlo ya que él –Muhammad- había dividido a familias y enfrentado a padres e hijos, y rechazaba los 360 ídolos de Meca, a los que quería cambiar por un solo dios.  
Y el profeta le explicó que Allah lo eligió como profeta y su misión era transmitir el mensaje y le explicó lo que enseñaba el Islam. Estuvo largo tiempo explicándole la creencia y mandamientos del Islam.

Al mercenario se le veía desconcertado, no podía entender por que ese hombre, a quien llamaban el profeta, tenía todos esos buenos gestos con él y esa gran amabilidad. Pensaba para sí: “Cuando todos querían matarme, este hombre no solo me ha salvado, si no que ha ordenado me traten bien y me den de comer y de beber.”

Cuando terminaron de hablar el profeta le invitó a abrazar el Islam, y le hizo saber que en todo caso lo iba a dejar libre, con la condición de que no volviese a enfrentase a los musulmanes.

Y le invitaba a no luchar mas contra el Islam, lo que el mercenario aceptó y le dijo al profeta que no quería hacerse musulmán, que quería seguir siendo lo que era.

El hombre fue dejado libre y se le permitió abandonar Medina. Los compañeros del profeta le preguntaron a éste, porque había dejado libre a ese hombre, que no se lo merecía ya que quería matarlo.

El profeta les dijo que el mercenario antes no sabía quien era Muhammad y ahora lo sabía.

Al día siguiente, las gentes de Medina, se asombraron; el hombre que el día anterior había sido capturado porque quería matar al profeta y se le había permitido marcharse, estaba de regreso.

Los musulmanes se sorprendieron y pronto lo rodearon e interrogaron que para qué había vuelto, que cuales eran sus intenciones. Toda Medina se agolpó a su alrededor.

Y cuando todos estuvieron allí, el hombre levantó el dedo e hizo la Shahada. Dijo, “ Atestiguó que solo hay un Dios – Allah- y Muhammad es el Mensajero de Allah.”

Los que antes lo habían detenido y no le habían dado de comer ni de beber y que deseaban matarlo, se volvieron hacía él contentos y encantados porque había aceptado ser musulmán.

Uno de los ansar de Medina, lo interrogó porque se había ido el día anterior y luego volvió; porqué no hizo la Shahada antes y esperó hasta volver para reconocerse musulmán?

El hombre les dijo:

“Quería comprobar y demostrar que quería ser musulmán siendo libre; si hubiese elegido ser musulmán en Medina, se me habría dicho que me hice musulmán por miedo a no morir. Por ello siendo libre de volver a la Mekka y de seguir siendo lo que era, estando libre decidí sin coacciones de ningún tipo ser musulmán, y ahora todos me considerareis que me hice musulmán por voluntad propia, porque tuve la elección de volver a la Mekka, pero decidí volver a Medina para hacerme musulmán. Lo que me demostró vuestro profeta, con su humildad, educación, saber y nobleza, todo esto que vi en vuestro profeta fue lo que me hizo aceptar el Islam y, ahora gracias a Allah y al Profeta, soy musulmán In sha Allah.

Cuando llegaron las noticias al Profeta éste se alegro, porque otra persona más se había hecho musulmana gracias a Allah.





TODOS NACEMOS MUSULMANES

Se encontraba el Profeta, la paz y bendiciones de Dios sean con él, reunido con un grupo de sus compañeros, les hablaba de Allah y de sus mandatos, como era su costumbre. Les dijo:

"Todo ser humano nace con su Naturaleza original intacta, y son sus padres los que lo hacen judío, cristiano o politeísta".

A lo cual uno de los presentes anotó:

"... o musulmán".

Y el Profeta (S.A.S.) contestó:

"No, pues el Islam es el estado natural del ser humano".




HECHOS PRODIGIOSOS EN LA VIDA DEL PROFETA

Fueron muchos los hechos prodigiosos en vida del profeta, aquí expondremos tres de ellos.

I
Después de haber dejado Mekka rumbo a Iazrib, el Profeta hizo un alto en la tienda Umm Maabad y solicitó algo de leche para mitigar su hambre y su sed. Umm Maaba.d apenado se excusó de no tener nada que darle, su única oveja no tenía leche, sus ubres hacía tiempo se habían secado.

El Profeta pidió ser llevado hasta donde la oveja y se le acercó, le acarició las ubres. Al instante estas se llenaron de leche y todos los presentes pudieron beber hasta hartarse.

II
En los tiempos de escasez, los hombres de Medina, se reunieron en torno al Profeta, buscaban una solución a las dificultades que estaban atravesando y al hambre que los agobiaba. El Profeta los escuchó y luego se dirigió a la casa de uno de los ansares – gentes de Medina que les prestaban auxilio- donde había sido invitado a comer. Los demás lo siguieron.

Al llegar no hallaron sino un pequeño cordero, algo de caldo y un poco de pan. El dueño de casa se preocupó, no esperaba tanta gente, esa poca comida no alcazaba sino para unos pocos.

El Profeta, la paz y bendiciones de Dios sean con él, dijo “En el nombre de Dios, El Clemente, El misericordioso” y desmenuzó con sus propias manos la comida. Cuando hubo terminado pidió al hombre llamara a todos para que se acercaran a la mesa, la que estaba dispuesta de diez en diez.

Todos fueron pasando a comer. En total seiscientos hombres. Los que al final quedaron satisfecho.

III
En otra ocasión, en la que hambre era tal que tenían que apretarse los cinturones, para encoger sus estómagos y no sentirla, Abu Huraira quiso llamar la atención de los otros compañeros, como Abu Baker y Umar para hacerles saber la penosa situación por la que estaban pasando. Pero nadie se dio por enterado, todos sentían lo mismo. Hasta que el Profeta quien, enterado de la situación, lo invitó a acompañarle y le dijo que invitara a la gente de al-saffa - eran más de cien-.

Llegaron a casa del Profeta, en ella no había más que un cuenco con leche. No obstante esto Muhammad le ordenó a Abu Huraira: “!Da de beber a tus hermanos!”. Este así lo hizo. Cada vez que un hombre bebía y bebía hasta quedar satisfecho, Abu Huraira miraba el cuenco y lo hallaba siempre lleno.

Cuando todo el grupo hubo bebido, el Profeta se dirigió a Abu Huraira y le dijo: ¡Bebe¡ Y este bebió y volvió a beber tras una nueva indicación del Profeta. Y así, una y otra vez, hasta tener que exclamar: ¡ Por aquel que te ha enviado con la verdad, que no hallo conducto para lo que queda”.





La crueldad en contra del Profeta

Los incrédulos de Mekka se esforzaban en inventarse maneras para fastidiar y agredir al Profeta y a todos los que se atrevían a seguirlo. Comenzaron con la adulación y el ofrecimiento de grandes riquezas y hasta el poder y terminaron agrediéndolo físicamente y urdiendo planes para asesinarlo.

En cierta ocasión Muhammad, se encontraba en la mezquita de la Cabaa, se hallaba prosternado, alabando y suplicándole a Dios, estaba sin sus compañeros, oportunidad que fue aprovechada por un grupo de idolatras, entre ellos un tal Oqba, hijo de abu Muit, los que comenzaron a insultarlo. El Profeta seguía impávido con su cabeza sobre el suelo, era como si no escuchara a sus agresores. Esto los enfureció y el tal Oqba, Salió y consiguió un feto de camello, recién abortado, todo ensangrentado y soltando líquidos, y lo lanzó sobre el cuello del Profeta, que aún continuaba prosternado.

Muhammad no levantó siquiera la cabeza. Alguien aviso a su hija Fátima de lo que acontecía y ella rápidamente se hizo presente, preocupada y llorando se acercó a su padre y le quitó el feto de encima y lo ayudó a levantarse. Lo llevó hasta su casa donde le limpió la suciedad.

Este tal Oqba, en otra ocasión, en la misma Cabba y estando el Profeta orando, igualmente,lo tomó del cuello y lo quiso ahorcar. Abu Baker, quien se encontraba presente en esta oportunidad, intervino y empujo a Oqba y le dijo:

“Quieres matar a un hombre sólo porque dice que Dios es su señor”





PALABRAS FINALES

Todo musulmán debe tomar nota de estas historias, en ellas vemos el buen comportamiento del Profeta, la paz de Dios sea con él. Su educación, proceder y generosidad.

La mejor forma de hacer dawah (predicación) es dando uno ejemplo con un buen proceder y una buena educación antes que hablando y transmitiendo un montón de mandamientos.

Muchos se hicieron musulmanes porque vieron con sus ojos y sintieron en sí mismos, el modo de vida enseñado por el Islam; no sólo escucharon palabras sino que vieron en la práctica como se comportaba el Profeta, la paz y bendiciones de Dios sean con él. Su dicho concordaba con sus actos. Practica que siguieron los compañeros y los piadosos que les siguieron, que Dios esté complacido de ellos.

Por lo anterior os animamos a que seamos rectos educados y tengamos buen carácter con todo el mundo ya sean musulmanes o de otra confesión, porque al ser educados y al tener buen carácter también se está predicando el Islam y la mejor forma de hacerlo es con el ejemplo como hizo el profeta.





TEXTOS CONSULTADOS Y DE DONDE SE TOMARON ESTAS HISTORIAS

1.- Muhammad. El hombre ante quien la Historia se puso de pie. Muhammad Kamal Mostaza y Nicolas Roser Nebot.

2.- La luz de la eternidad. Ya’far Suban

3.- El paso hacía el paraíso. El-Iman Nawawi
Selección y Prologo M.M. Al-Azami – Ahmed M. Safí-

4.- Selección de libros infantiles publicadas por el Centro Islámico de España.

5.- Relatos de Abdel-Lah Hossein expuestos a través de la red.

6.- Muhammad- Profeta de Dios – Alvaro Machordom Comins

7.- Biografía del Profeta Muhammad.- Tomo 1. Sehj Elsaly Abdel Aziz.

QUE LA PAZ Y BENDICIONES DE DIOS SEA CON TODOS NOSOTROS.

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